La
película está dirigida por Martín Scorsese y se basa en hechos reales.
A
mediados de los 80, Jordan Belfort (Leonardo di Caprio) era un joven honrado
que perseguía el sueño americano. Muy pronto, se dará cuenta de que lo más importante
no es hacer que sus clientes ganen dinero sino ser ambicioso y percibir una
buena comisión.
Con
poco más de veinte años, se convierte en fundador de una agencia bursátil en la
que el temor a la ley era irrelevante y las tentaciones de poder, drogas,
mujeres y dinero eran incomensurables.
Con
este film Scorsese abandona el mundo de la mafia y golpea de lleno en la
cultura del dinero en los Estados Unidos. De un modo enérgico, se adentra en la
tierra de los corredores de bolsa. Con pinceladas ciertamente cómicas,
que despiertan en el espectador un sinfín de carcajadas, recrea con
todo rigor el triunfo y el dinero fácil: se puede ser así de rastrero y
triunfar en la vida. El protagonista central, Bellfort, aunque trabaja con un
teléfono en las manos y no con una pistola, nos presenta una historia que
resulta igualmente amoral.
Wall Street es ídolo con pies de
barro, es expresión del capitalismo salvaje y falsa imagen del “sueño
americano”, porque ahí la vida es fraude ejercido por quienes venden chatarra
como si fueran diamantes. El lobo de Wall Street es exceso épico sobre
la vida de un corredor de bolsa que hace su capital con estafas y donde aflora
la codicia.
Me
ha gustado el guión y como se refleja el ansia de dinero de la sociedad
americana. Hay repetida sobreexposición de algunos acontecimientos secundarios
que disminuyen el dinamismo dramático del argumento. Aunque considero se
excede en la presentación de los momentos de fiesta, es
precisamente de su recreación de donde surgen los realmente cómicos que invitan
al espectador a reir y reir. . Desde mi punto de vista, la recreación que
Scorsese hace del mundo del dinero sin escrúpulos, del abuso de poder
para conseguir una ventaja ilegítima bien podría trasladarse a las
diversas situaciones de corrupción que, dia a dia, llenan las páginas de los
periódicos así como los programas informativos de radio y televisión. Quizá
algún día pasen a formar parte también del guión de alguna película
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